Durante 1976, un promedio de 300 mil personas compraban Clarín en Argentina. Por supuesto, la venta aumentaba sábados y domingos, y, en menor medida, los lunes. Pero para tomar una referencia, calculemos que 300 mil ejemplares de esa empresa eran comprados en Argentina. Repasemos el menú informativo que proponía el periódico en 1976, en particular el del miércoles 24 de marzo y veamos, en síntesis, qué le contaba Clarín a “la gente” sobre el golpe de Estado protagonizado por Videla, Massera y Agosti, desde la portada, que es el primer contacto visual con el público potencial del medio. ¿Cómo habrá interpretado ese menú cada lector? Esa tarea, interesante y complicada, queda pendiente.
El mismo 24 de marzo los argentinos amanecieron con otro golpe militar, que derrocaba a la presidenta constitucional, María Estela Martínez de Perón. Una combinación de simpatía ideológica de los dueños de las empresas comunicacionales con los militares, la aceptación de la censura y el propio miedo, que generaba autorregulaciones periodísticas, derivó en una visión totalmente positiva sobre la Junta que gobernaba el país. ¿Cómo tituló Clarín en su tapa la noticia del golpe de Estado militar y de que, desde ese 24 de marzo en adelante, una nueva dictadura se abatía sobre Argentina? “Nuevo gobierno”. Así nomás. “Nuevo”, lo que siempre funciona de manera positiva, y gobierno”, sin decir ni “militar”. Menos que menos hablar de “dictadura”, “golpe de Estado”, o “destitución”. Simplemente “Nuevo gobierno”. Es decir, no hay ninguna acción descripta. Solamente se dice algo dado, algo instalado, algo que nadie hizo.
El copete de ese título, es decir, el texto que se coloca debajo y que amplía un poco la información, decía (las negritas son nuestras): “La prolongada crisis política que aflige al país comenzó a tener su desenlace esta madrugada, con el alejamiento de María E. Martínez de Perón como Presidente de la Nación. En las próximas horas asumirá el gobierno una junta militar integrada por los comandantes generales y presidida por el Teniente General Jorge Videla. La ex mandataria fue trasladada en helicóptero desde la Casa Rosada y allí embarcada en un avión que partió hacia el sur. Será alojada en El Messidor.” Acompañando el copete, una foto de una Plaza de Mayo con unas pocas simpatizantes peronistas congregadas en apoyo de la presidenta derrocada, y otra imagen más reducida del helicóptero que llevaba a Martínez de Perón hacia su lugar de encierro-
Repasemos, primero, el contenido verbal. Para Clarín, la “prolongada crisis política” que sufría el país comenzaba, en cierto modo, a solucionarse, con el “alejamiento” de la presidenta. Interesante: “alejamiento”, es decir, una actitud de la presidenta de retirarse del poder, no un derrocamiento, no una destitución, no un golpe de Estado. No, un “alejamiento”, que, obviamente, realiza la hasta ese momento la primer mandataria. Como en el título “Nuevo gobierno”, no hay quien realice una acción, o, quien la realiza, es la destituida. No aparecen los militares ejecutando nada. La presidenta “se aleja”, entonces la crisis “comienza a tener su desenlace”, y, por lo tanto hay un “nuevo gobierno”.
Luego sí aparecen los autores del golpe de Estado, pero desconectados de lo anterior. Por un lado, la presidenta “se aleja”. Por el otro, el gobierno “es asumido” por una junta militar. “Asumirá”, es indicar una actitud de responsabilidad, de compromiso. No hay nadie que ocupe el poder, por lo tanto, las fuerzas armadas lo “asumen”, se sacrifican, se esfuerzan. Fuerzas armadas que, al menos en el relato de Clarín, nada tienen que ver con el “alejamiento” de la presidenta.
La última parte del copete cuenta qué sucedió con Martínez de Perón. “Fue trasladada”, “embarcada”, “será alojada”…¿quiénes realizan las acciones? No en la realidad, sino en el texto. ¿Quién hace la acción en la frase “fue trasladada”? Al estar en voz pasiva, la acción la hace, en este caso, la ex presidenta. Nadie la destituyó, nadie la obligó a subir al helicóptero, nadie la trasladó, nadie la embarcó, y nadie hace la acción de alojarla. En última instancia, es ella la que “es traladada y embarcada”, pero en voz pasiva, como si fuera un objeto, una cosa sin entidad. “Será alojada” sugiera prácticamente la confortabilidad de la situación de una turista. ¿Quién se “aloja”? Un turista, un huésped, un viajante. Lo que no se dice, además de que hubo un golpe, es que Martínez de Perón, “Isabelita”, fue detenida por los militares, luego destituirla. O, mejor, “los militares detuvieron a la presidenta, la forzaron a subir a un avión y la enviaron al sur, en donde permanecerá presa en El Messidor”. En el texto jamás se dice lo real: que “Isabelita” había sido destituida y detenida por militares. Es coherente: si en el texto no hay indicación de un golpe de Estado y no hay militares que realicen acciones, ¿quién iba a detener a la por entonces flamante ex presidenta y por qué? Esas lagunas discursivas, totalmente intencionales, anticipaban lo que sería una constante en los primeros años de gobierno militar: el ocultamiento del terrorismo de Estado, moldeado por la casi totalidad de las empresas mediáticas argentinas…
Esta nota fue escrita por Ale. Me tomé el atrevimiento de reproducirla aquí, porque me parece de una claridad y de una capacidad de explicación impresionantes.
¡Espero que la disfruten!
3 comentarios:
Ana:
La manipulacion del discurso siempre ha sido un arma mas.
La utilizaron todos, nadie está exento de ello.
Bien lo sabe el actual gobierno, durante la asociacion explicita con Clarin, lo aprovechó. Ahora, a dos años y pico del quiebre de esa sociedad, tiene cada vez mas medios con los que da a conocer su pensamiento y a la vez, con los que intenta manipular a la opinion publica. Claro ejemplo de ello son los titulares de Pagina 12, o Tiempo Argentino, donde algunos temas de la actualidad no aparecen o los titulares y su contenido expresan solo una parte de la verdad.
En lo personal, desde el tratamiento que le dio Clarin al gobierno del entonces presidente Alfonsin, que no leo ese diario. No me sorprende para nada lo que hacen. Los K tardaron en darse cuenta de lo mismo, lastima que mientras tanto les concedieron varias licencias de otros medios, como regalito.
Gracias M.R.B por tu aporte. Como respuesta, puedo decirte varias cosas. En primer lugar, que la manipulación del discurso es claramente el arma más efectiva del poder, eso no puede negarse. O preguntémosle a la iglesia católica cómo le fue con esto en sus primeros siglos de vida, o al nazismo es sus años gloriosos de comunicación propagandística.
En mi opinión, me parece genial que todos los sectores del poder puedan expresar sus opiniones y defenderlas, así como también expandir un modo de pensar la política. Te invito a que leas la primera entrada del blog para que veas qué me pasó a mi con la política y la cuestión pública.
El hecho de que en Página o en Tiempo o en Miradas no aparezcan temas "de la actualidad" me hace pensar en que quizás los temas que considerás de "actualidad" lo son de hecho porque hay un bloque de poder enorme que así lo instala. El caso de la inseguridad, el caso de la corrupción o cualquier tema "instalado". Si entrás a clarín.com de hoy, por ejemplo, fijate que en la solapa "temas del día" están señalados "crisis en Egipto" y "verano 2011": no hay otro tema que importe hoy, total todavía la gente está de vacaciones.
Por otro lado, además de que los medios que considerás aliados al gobierno no reproduzcan la misma agenda mediática que los hegemónicos, sí creo que instala otros temas que son de importancia vital para el país, como por ejemplo, los hijos adoptivos de Herrera de Noble, o el regreso de los jóvenes a la política, o la nueva generación de políticas públicas. La gravedad en todo esto radica en que como son temas no definidos primariamente por los grandes diarios (clarín y la nación a esta altura me parecen iguales), no son temas.
Yo no creo que "los K" se hayan dado cuenta tarde del gigante de los medios. Yo creo que las oportunidades para actuar, en la política, no se dan siempre el primer día de gobierno. Hay una disputa económica y política detrás del teatro "Clarín vs gobierno nacional", que ninguno de nosotros -humildes mortales, puede leer con claridad.
Pero te pido por favor que no corras el eje de la entrada del blog: ésta explica con claridad la tapa del 76. Una tapa que tapa un realidad. Una tapa que incita al lector a quedarse conforme con un gobierno no decidido (no votado, quier decir) por el mismo lector. Una tapa que borra los límites de la realidad y arma en el imaginario colectivo y en la cotidaneidad de aquéllos días otra realidad, la de "aquí no ha pasado nada".
Nada tiene que ver, a mi modo de leer la actualidad, lo que pasó con Clarín y el golpe de Estado y el ocultamiento de secuestros y asesinatos masivos de ciudadanos en los años de la dictadura, con el monstruoso Clarín consolidado después de esos hechos, gracias a ese su modo de accionar durante la dictadura, lo que para mí le permitió consolidarse como el primer diario del pais y lograr las licencias que que mencionás que logró (y no te lo niego) del Estado posneoliberal.
Ani,
Interesante el post!
Por empezar, quiero aclarar que en casa no compramos Clarin hace un par de años, ya que dejó de interesarnos la editorial del mismo.
Esta bueno el planteo a fin de generarnos interrogantes. Sin embargo, no hay que perder de vista el contexto historico de la nota.
Me refiero a que para el Año ´76 no era para nada raro un gobierno militar (habian estado en el poder unos 25 años entre 1930 y la fecha, es decir; casi la mitad del tiempo).
Por otro lado, si bien la elección de "Isabelita" como compañera de formula de Perón entiendo que fue legitima; no me queda tan claro el grado de legitimación que (no solo las fuerzas armadas) sino el pueblo mismo le dió a esta después de la muerte del Presidente.
En fin, unas pinceladas más para el debate! Cariños, Connie
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