miércoles, 15 de diciembre de 2010

El ABC(1) de la “política” macrista a la luz de Soldati

Los acontecimientos ocurridos en Villa Soldati la semana pasada son complejos de abordar debido a que ofrecen múltiples aristas para analizar. En un tiempo donde es tan fácil obtener información como importante desarticular los discursos de los medios concentrados, puede ser útil tomarse un momento para empezar a entender la curiosa (anti)política macrista.



Los hechos indican que el día martes 7 de diciembre se desataron violentos incidentes entre personas que ocuparon el Parque Indoamericano, al sur de la Capital Federal, y “vecinos” de la zona que se oponían a la toma, en los que murieron tres personas (Bernardo Salgueiro, paraguayo; Rosmary Chura Puña, boliviana; Juan Quispe, boliviano).

A partir de allí, se produjeron ocupaciones similares de tierras o espacios públicos que involucran a las peores tácticas del ala derecha del PJ, a barrabravas de fútbol y punteros políticos del PRO y de la provincia de Buenos Aires.

El día martes se llegó a un acuerdo entre el Gobierno nacional y el de la Ciudad que logró destrabar la parte quizás más sensible del conflicto, que era normalizar la situación del “parque”, si es que se puede llamar así, como dijo el jefe de Gabinete Aníbal Fernández, a ese descampado, pero esa es otra historia. El pacto consiste en un plan de vivienda con urbanizaciones y programas de emergencia, por el cual por cada peso que ponga la Ciudad, el Estado nacional aportará un peso. Además, ambas jurisdicciones dejaron en claro que ninguna persona que opte por la vía de la apropiación ilegal de tierras será beneficiaria de una vivienda.

Pero antes de llegar hasta aquí, el Gobierno de Mauricio Macri se mostró en todo su esplendor y dejó en evidencia, una vez más (y van…), su extraño modo de ver la política. Desde la reacción inicial de culpar a la “inmigración descontrolada” hasta victimizarse frente al Gobierno nacional y admitir la inutilidad de la Policía Metropolitana que tantos problemas le trajo, el jefe de Gobierno demostró que ni siquiera puede administrar el distrito más rico del país. Macri y sus amigos se metieron en política para no hacer política, para destruirla y dar paso a la administración tecnócrata, cuyos resultados todos conocemos.

Un par de ejemplos alcanzan para entender que el PRO representa una combinación letal. Por un lado, siente desdén por la política entendida como herramienta transformadora de la realidad (¿cuántas veces lo escuchamos lamentarse por los estudiantes secundarios politizados durante las tomas de los colegios?) y, por el otro, no duda en echar mano de prácticas deleznables que se asocian a lo peor de la política.

De acuerdo a Página 12, fuentes de distintas organizaciones que trabajan en la Villa 20 y en la zona de Los Piletones dijeron que entre las personas que atacaron con armas a los ocupantes había barras bravas, algunos de ellos del equipo Nueva Chicago, al que se lo vincula desde hace tiempo “con el actual jefe del Bloque del PRO en la Legislatura porteña, Cristian Ritondo, de filiación peronista y de buena llegada con el ex presidente Eduardo Duhalde, y con el ex titular de la SIDE Miguel Angel Toma”. Son dirigentes que fogonean a personas muy carenciadas y cuyo accionar es menos claro que su objetivo: desestabilizar al Gobierno y generar un clima de incertidumbre, ante su falta de legitimidad y carencia de ideas.

La situación no es mucho mejor en la Legislatura, donde los miembros del bloque PRO cayeron en chicanas, mentiras y hasta bajezas. Una de las situaciones más vergonzosas se vivió cuando un legislador macrista le gritó al kirchnerista Juan Cabandié que fuera a llevarle “la Constitución a Néstor”. El salvajismo no es patrimonio peronista.

Finalmente, resta mencionar la responsabilidad del Gobierno porteño en el agravamiento del déficit habitacional de la ciudad. Por supuesto que es un problema de larga data, pero el reciente conflicto demuestra que una situación de extrema vulnerabilidad, sumada a un discurso reaccionario y represivo, genera una situación explosiva y muertes.

El nivel de inversión en vivienda social en el territorio del sur de la ciudad es muy bajo: en los primeros meses del año, se ejecutó sólo el 18,6 por ciento de los fondos que la Legislatura destinó al Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC). El problema no es que no haya recursos ni espacios para construir, sino que el Gobierno ha deliberadamente descuidado la ejecución de las partidas. Hay dos datos que hablan por sí solos: si juntáramos todas las viviendas construidas desde el 2003 por el Estado Nacional podríamos llegar desde Ushuaia hasta el Canal de Panamá, mientras que el Gobierno de Macri , según el Observatorio de Resultados del Gobierno de la Ciudad, finalizó 81 viviendas en tres años de gestión.

Macri sigue confirmando día a día, con sus actos y omisiones, lo que es. Estaría bueno (para usar un término bien PRO) que los votantes de la Capital Federal puedan también demostrar lo que son cuando tengan la posibilidad de redimirse en las urnas. Pero la clase media porteña es un sujeto tan misterioso, tan esquivo a los gobiernos populares, que nunca se sabe, ¿viste?

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