-“Todo bien con Cristina, ¿Eh? Pero eso de ir a la plaza no es para mí. No soy taaan oficialista”.
Esta semana, esta frase parafraseada, la escuché muchísimas veces. Pero muchísimas. Pareciera que la euforia inicial que la muerte de Néstor Kirchner generara en la clase media que, arrepentida, ahora apoya el proyecto nacional y popular impulsado por el mismísimo recientemente fallecido, se ha visto disminuida, evaporada, desvanecida.
Pareciera que la enorme esperanza puesta en la enérgica participación de los jóvenes en la vigilia del día del censo, en los días del funeral, ya no es lo que era, y pareciera que ahora todo se ha convertido en un gran rollo de conformismo y comodidad.
Es que hace calor, ¿viste? La sensación térmica te mata en la ciudad. ¿Para qué ir a la plaza, si van a haber un montón de tipos y minas ahí, con banderas, agitando, haciéndole el aguante a Cristina? Mi voto ya lo tiene asegurado, que se quede tranquila. Tener que ir al centro, comerme el viaje, llegar, tener que buscarme lugar… nah, mejor lo veo por la tele, si total es lo mismo para ellos. Querido amigo: ¡es lo mismo para ellos, pero no es lo mismo para vos!
La experiencia de encontrarte con semejantes, de compartir un mate o un rato con otro que piensa parecido, te la vas a perder vos. La inmensa alegría de encontrarte en otros al cantar y expresarte al unísono, te la vas a perder vos. Y si verdaderamente bancás este proyecto, no quisiera que esa plaza se pierda la gran oportunidad de conocerte. Personas como vos son las que, a la vez, esa plaza necesita. Hablando de arremangarse las cabezas, ¿no?
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